Un lugar para crear

            Siempre he soñado con una casa en la cima de una montaña desde donde pudiera verlo todo y verme también a mí misma.

            He encontrado esa casa y ese paraje: La Cuesta del Moro. Es mía, pero no me pertenece. Pertenece a Pedro y luego pertenecerá a su familia. Mejor, lo que nos pertenece se convierte en nuestro dueño y a veces nos asfixia. Ella me deja poseerla con mayor libertad siendo esquiva, siendo de otro.

            Desde que se compró yo la he gozado, la he sufrido, la he vivido y la he convertido en el lugar dónde puedo estar a solas viéndolo todo, viéndome a mi misma.

            Cuando estoy a solas en ella como ahora, Pedro y Maxim han ido al pueblo, a Fuentes de León, son las fiestas de la “Tradicional suelta de vaquillas”, oigo el silencio que precede al crear, al creer.

            Aquí arriba, mojada aún por el agua verdosa de la alberca que refresca los interminables y lentos días de verano en La Cuesta, escribo, pienso y me siento capaz de crearlo todo, de creerlo todo.

            Pienso en todas las cosas que puedo compartir con quiénes deseen acompañarnos cuando empiece el otoño y sacudamos la languidez calurosa de las vacaciones.

            El lugar para encontrarse y encontrarnos no puede ser mejor. Aquí podemos curarnos en salud. Sacar de nosotros toda la potencialidad creativa que nos eleve por encima de la mediocridad y la ansiedad cotidianas. Volver a nuestro centro, motor de la vida vivida. Sentir el tiempo que pasa y no nos traspasa. Respirar. Conocernos. Amarnos.

            En otoño empezaremos de nuevo nuestros cursos de fin de semana. Éstos son los que os propongo para liberar nuestra creatividad y dar un sentido a nuestras creencias:

1.-  EL SILENCIO: PRINCIPIO DEL CONOCIMIENTO.

2.- LA RESPIRACIÓN: PRINCIPIO DE LA SALUD.

3.- LA DRAMATIZACIÓN: PRINCIPIO DE LA DESDRAMATIZACIÓN.

4.- LA FLEXIBILIDAD DEL CUERPO Y DE LA MENTE.

5.- TALLER DE CREACIÓN TEATRAL.

            Estos son sólo algunos apuntes de lo que podemos hacer juntos. Nos encontraremos cuando deshagamos el equipaje del verano. Hasta pronto.